Día 3: Zalipie y Cracovia

Kilómetros aproximados: 350.

Comenzamos el día con el desayuno, que era buffet, no muy grande aunque suficiente para nosotros. Pero antes de irnos, un último vistazo a esta bonita plaza, que a esas horas estaba muy tranquila.


Salimos más o menos a la misma hora que ayer, teníamos por delante cerca de cinco horas de coche hasta llegar a Cracovia, que sería nuestro destino por tres noches. La mayoría del viaje transcurrió por carreteras locales, con los adelantamientos de todo tipo, gente con bici, gente con el carrito del niño, etc; vamos, la vida cotidiana.

Hicimos varios turnos de conducción para que se nos hiciera menos pesado, llegando a conducir los tres. Durante la mañana paramos en un pueblo llamado Stawola Wola, estiramos las piernas y fuimos al súper, ya que el plan de hoy era comer de bocata.

Nos daba la sensación que había muchos baches, a veces más en carreteras nacionales que locales; pero luego a medida que iban pasando los días ya nos fuimos acostumbrado.

Antes de llegar a Cracovia, paramos en un pequeño pueblo llamado ZALIPIE, que destaca por mantener una tradición polaca de pintar las casas, tanto por dentro como por fuera, con estampados de flores.

El GPS nos llevo estupendamente, lo que no teníamos muy claro era como llegar a los dos lugares que íbamos a visitar, pero a la llegada al pueblo, vimos señalizadas las dos cosas más importantes.


Primero fuimos al Muzeum Zagroda Felicji Curyłowej w Zalipiu que es la casa de la artista más famosa del pueblo, que tras su muerte se convirtió en museo. Dirección: Zalipie 135. Horario: 10 a 3’30. Precio: 5 zł. Antes de ir escribimos en un mail para confirmar el horario, y nos dijeron que si el museo estaba cerrado, en la casa que hay al lado se podía pedir que lo abrieran. 


La casa es pequeñita, creo recordar que se visita, el salón, el dormitorio y la cocina; la verdad que aunque pequeñita, es muy bonita y curiosa; merece la pena.




Luego fuimos a un centro de arte local, Dom Malarek, aunque primero aprovechamos para comer en su jardín, que estaba genial. Después entramos en el museo, donde puedes ver a las mujeres trabajando en la decoración de objetos de artesanía local con el estampado de flores; y también visitamos la tienda, aunque no compramos nada. Dirección: Zalipie 128a. Horario: 8 a 6.




Eso sí conseguimos un planito de las casas que nos vino estupendo, la verdad es que por internet encontramos poca información de este pueblo.

La casa marcada en el plano, es la que nosotros visitamos

Luego cogimos el coche para ir a buscar algunas casas, y al poco, al pasar por una casa una mujer nos hizo entrar en la suya. Era una de las casas típicas que sale en el plano, vimos el jardín y luego pasamos al interior, a la cocina y un saloncito, donde todo absolutamente todo estaba decorado con flores; le compramos una cajita y algo más de recuerdo.






Paseando vimos alguna casa más.









Y al coche para ver la iglesia, tuvimos suerte y estaba abierta, así que pudimos comprobar que su interior también estaba decorado en flores; curiosa y muy bonita.






Todavía nos quedaba una hora y media hasta Cracovia, aunque este tramo ya era por autovía la mayoría, así que mucho más fácil y tranquilo.

En Cracovia estábamos alojados en el centro histórico, y el hotel no tenía parking, así que antes de ir estuvimos viendo las opciones, que la verdad nos parecieron que no son muchas, y al final elegimos Parking Wawel que está en Plac Na Groblach 24, su precio era elevado 91 zł por día (unos 21 €), pero fue lo que mejor nos pareció, ya que además estaba a menos de 10 minutos andando del hotel.

Cuando llegamos a la calle del Apartotel Stare Miasto, nos la encontramos completamente levantada por obras, en recepción tenían tapones para los oídos para que te sirvieras tu mismo. Primero pensamos, “vaya no vamos a poder dormir tranquilamente”, pero luego caímos en el detalle, de que a la hora que nos solemos levantar no nos iba a afectar. Nuestra habitación estaba en el último piso, así que los ruidos no nos iban a molestar.

Descansamos un rato, un poco de internet y de nuevo a la calle; comenzamos por la Rynek, que estaba súper animada de gente, nos pareció muy bonita.

Basílica de Santa María

También dimos una vuelta por Mercado de los Paños (Sukiennice), que simplemente son tiendas de souvenirs, ya que sabíamos que Cracovia iba a ser un bien sitio para comprar.


La noche estaba fresquita pero agradable, así que paseamos por el río hasta llegar a la altura del Castillo.

Ya se hizo hora de cenar, y fuimos al Pod Wawelem, un restaurante bastante grande con mucha gente y muy animado, pero te sientan muy rápido; pedimos para los tres una ensalada griega y un plato llamado “Wszystkie miesa” que es una bandeja con diversas carnes, que se supone que es para dos, pero nosotros cenamos los tres y no nos quedamos con hambre, más bien ya no hubo ni hueco para el postre; la carne, la ensalada y las cervezas nos costó 120 zł (no llega a 10 € por persona). Nos gustó el sitio.



Antes de las 11 ya estamos en el hotel, había que dormir pronto, ya que mañana tocaba madrugón de los buenos, nos recogían a la 7 de la mañana.

5 comentarios:

  1. Preciosas esas casas, me han encantado.

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    1. Preparando el viaje lo encontramos de casualidad, pero nos gustó mucho.

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  2. A mi también. Bonito y curioso pueblo.

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    1. Además hacía un tiempo y una temperatura estupenda, y fue un agradable paseo.

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  3. Gracias por las fotos. Me gustaría darme una vuelta por allí.

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