Día 13: Varsovia

Hoy no había que madrugar porque tocaba día de museos y todos abrían a las 10, así que salimos del hotel a las 9’30. Lo primero que hicimos fue buscar otra máquina de billetes para ver si encontrábamos el que valía para todo el fin de semana, y para ello nos fuimos hacia la entrada del metro (Centrum), y allí en la primera que máquina que encontramos si estaba el billete (BILET WEEDENDOWY VALE) que vale 40 zł y sirve desde las 7 de la tarde del viernes hasta las 8 de la mañana del lunes, y además sirve para hasta 5 personas; un billete muy recomendable.

El primer museo nos pillaba a 10 minutos en tranvía, llegamos justo cuando estaban abriendo el MAUSOLEO DE LA LUCHA Y EL MARTIRIO (Mauzoleum Walki i Męczeństwa). Dirección: Jana Chrystiana Szucha 25 {parada tranvía Marszałkowska}. Horario: 10 a 4. Precio: 8 zł, aunque ese día no sabemos porque pero era gratuito. El museo lleva poco tiempo porque es bastante pequeño.


El Mausoleo está localizado el ala izquierda del edificio del Ministerio de Educación Nacional, y es conocido también como CUARTELES DE LA GESTAPO. Durante los años de la ocupación nazi tenían aquí su sede la Policía de Seguridad y los Servicios de Seguridad. En los sótanos del edificio se encontraba una severa cárcel, en la que se realizaban interrogatorios y se torturaba a los detenidos. Se pueden ver las celdas colectivas, llamadas “tranvías”, los pasillos, las celdas de aislamiento, y el cuarto del guardia de la Gestapo, en el que tenían lugar los interrogatorios. Las paredes, los marcos de las ventanas y los suelos están cubiertos por miles de inscripciones.




Los tranvías llevan a bastantes sitios y son muy fáciles de entender, así que enlazando tranvías (en Centrum) llegamos al MUSEO DEL EJÉRCITO POLACO (Muzeum Wojska Polskiego)Dirección: Jerozolimskie 3 {parada tranvía Muzeum Narodowe}. Horario: 10 a 4. Precio: 15 zł.


La zona del exterior (que es gratuita) tiene una exposición con tanques, helicópteros militares y aviones. Pero lo que más curioso es un vehículo llamado “Kubus”, sobre el chasis de un Chevrolet 157 lo blindaron recubriéndolo de placas metálicas; este vehículo fue utilizado por la resistencia polaca (Armia Krajowa) durante el Alzamiento de Varsovia.








El interior es enorme y hay varias salas con grandes colecciones de armas, uniformes, estandartes, condecoraciones y otros artículos relacionados con el ejército; abarcando desde la creación del estado polaco en el siglo X hasta la finalización de la Segunda Guerra Mundial.

Comienza en la época de la Edad Media, y cronológicamente va avanzando a través de los siglos, una de las escenas que más llama la atención son los húsares alados polacos.



Finaliza con las salas que abarcan la Primera y Segunda Guerra Mundial, con todos los mapas de los cambios de configuración de los países de Europa; la verdad es que nos entretuvimos bastante mirando los mapas, tantos cambios de frontera nos dejaban locos.






Para finalizar en el piso superior (en una sala muy oscura) hay objetos hallados en lugares de diversas matanzas, como la de Katyń.

Enlazando tranvías nuevamente (esta vez en Dw. Centralny) llegamos a nuestro siguiente destino que era, el MUSEO DE LA PRISION DE PAWIAK (Muzeum Więzienia Pawiak), que es una prisión ya desaparecida, lo que hay ahora es una reconstrucción en memoria de los aquí desaparecidos. Dirección: Dzielna 24/26 {parada tranvía Anielewicza}. Horario: 10 a 4. Precio: 8 zł, aunque también resultó gratuito, y nuevamente seguíamos sin saber porque.


Cobró una especial importancia durante la Segunda Guerra Mundial, ya que era utilizada por la GESTAPO, allí eran encerradas las personas detenidas durante las redadas. Situada en el mismo centro de la ciudad, fue testigo de crímenes en masa que estremecieron a la Varsovia ocupada, aquí fueron asesinados 37.000 presos, y cerca de 60.000 fueron enviados desde aquí a los campos de concentración. Por el día los llevaban a los cuarteles para interrogarlos y por la noche los traían de nuevo aquí.




De la prisión original, tras la devastación que sufrió Varsovia en la Segunda Guerra Mundial, solo quedó la puerta y el árbol; este lugar también es pequeño y la visita se hace rápida.



Actualmente el árbol que hay en la puerta es artificial, ya que el original murió y como era todo un símbolo decidieron hacer una réplica; en el interior del museo se ven fotografías del árbol a través del paso de los años; también hay trozos del árbol original que se ha conservado. 






Comimos muy cerca en una pizzería llamada Dominium, las tres pizzas con las cervezas nos costaron 73 zł (cerca de 6 € por persona). Nos llamó la atención, que tienen mucha costumbre de servir la cerveza con pajita, era algo que ya habíamos visto más veces, pero no dejaba de llamarnos la atención.



De nuevo al tranvía para ir al último museo del día, lo considerábamos el plato fuerte, MUSEO DEL ALZAMIENTO DE VARSOVIA (Muzeum Powstania Warszawskiego). Dirección: Grzybowska 79 (entrada por ulica Przyokopowa) {parada tranvía Muzeum Powstania Warszawskiego}. Horario: 10 a 6. Precio: 14 zł. Pelicula 3D: 2 zł. La audioguía creo recordar que 10 zł. Y los domingos el museo es gratuito.


El museo esta en el edificio de la antigua central eléctrica de tranvías, fue inaugurado en 2004 en el 60 aniversario del levantamiento de Varsovia, y es un homenaje a los varsovianos que lucharon y perecieron por una Polonia libre y por su capital.

Nos muestra la vida diaria de los civiles y la historia de los 63 días de lucha, también hay una replica del bombardero Liberator B-24J que era el que llevaba provisiones. Cada 1 de agosto a las 5 de la tarde suenan sirenas de alarma y se para el tráfico, es como la ciudad conmemora dicho acontecimiento.

El corazón del Museo es una estatua de metal que atraviesa todos los pisos del edificio. En sus paredes ha sido grabado el calendario del Alzamiento. Se escucha el sonido del latir de un corazón, que simboliza la vitalidad de la Varsovia del año 1944.

Hay una sala de cine donde se puede ver una película en 3D “La Ciudad en Ruinas” ("Miasto ruin"), se trata de un simulacro de vuelo del “Liberator” sobre la destruida y deshabitada Varsovia del año 1945.

Teníamos alrededor de 2’30 horas para la visita. Comenzamos a oír la audio guía, pero sólo hasta el numero 13 o 14 porque las locuciones eran muy largas, cada una de 3, 4 o 5 minutos, y habrían unos 40 puntos o más; así que a ese ritmo no iba a dar tiempo ni de casualidad.




Decidimos ir a ver la película porque el cine ese día lo cerraban a las 5, y menos mal, porque el cine está muy mal organizado; la sala es muy pequeña y estaríamos como 40 minutos en cola. La película está bien, porque es ver la ciudad de Varsovia desde el aire después de ser asolada, totalmente en ruinas. Impresionante.



Pero lo peor venia ahora, por la tarde había un concierto y estaban con el “probando probando” y la música a todo volumen, además de zonas cortadas. Iba todo el mundo perdido sin rumbo, ya no se podía seguir bien la ruta y además casi no se podía oír el audio guía; y claro, cuesta concentrarse en una historia como esta, cuando estás oyendo más la música que la audio guía.

Salimos bastante disgustados, porque consideramos que estaba fatalmente gestionado todo, la audio guía larguísima, en el cine se montan colas horrorosas y si encima te encuentras lo de la música y con zonas cortadas, peor imposible.

Tras este fiasco como no era tarde nos acercamos con el tranvía hacia el Stadion Narodowy, para dar vuelta; además aquello estaba muy animado porque mañana se celebraba la maratón en la ciudad. 




Luego de nuevo al tranvía al hotel, donde llegamos en pocos minutos, descansamos un rato y luego ya salimos a cenar. Al salir vimos iluminado el Palacio de la Cultura y la Ciencia (Pałac Kultury i Nauki).


Una vez en el centro, dimos una vuelta por la bonita Rynek Stareo Miasta.




La sirena tiene su historia: Cuenta la leyenda que precisamente al pie del Casco Viejo actual, una sirena salió del agua a la orilla arenosa para descansar, el lugar que vio le gustó tanto que decidió quedarse aquí. Los pescadores del lugar se dieron cuenta de que alguien durante la pesca agitaba las aguas del Vístula, enredaba sus redes y liberando los peces, por lo que decidieron capturar al culpable y solucionar el asunto para siempre. Al oír el hermoso canto de la sirena, abandonaron sus propósitos, pues se enamoraron perdidamente de la bella, mitad mujer mitad pez, que desde entonces cada tarde amenizaba el trabajo de los pescadores con su precioso canto. Un día un mercader rico que paseaba por la orilla del Vístula vio a la sirena. Decidió capturarla y encerrarla para poder después presentarla en las ferias por dinero. Y así lo hizo. El llanto de la sirena llegó hasta el hijo de un pescador que, con ayuda de sus amigos, la liberaron por la noche. La sirena, en prueba de su gratitud a aquellos que la habían salvado, les prometió que siempre que necesitasen ayuda los defendería. Precisamente por eso, la Sirena de Varsovia está armada con una espada y un escudo, para defender la ciudad.

Actualmente la sirena forma parte del escudo de la ciudad

Una vez en el centro, fuimos al  PARQUE MULTIMEDIA DE FUENTES  (Multimedialny Park Fontann), no teníamos muy claro donde estaba, pero fue fácil, solo había que seguir a la gente. Es en espectáculo multimedia de “Agua, Luz y Sonido” que en septiembre es viernes y sábados a las 21 horas. La verdad que llegamos un poco justo de tiempo y no pillamos muy bien sitio, pero el espectáculo estaba bastante bien, con imágenes, música, pantallas de agua, fuentes de luces; eso sí, es en el río y te acabas quedando helado.




Para cenar elegimos uno al azar llamado Pod Samsonem, y posiblemente fue la peor cena/comida de todo el viaje. Yo me pedí pierogis y los chicos pidieron uno que era para compartir, pero resultó ser algo así como un plato de fiambre muy escaso (además de no muy sabroso), así que hubo que pedir un codillo de refuerzo; no entendimos como podría poner en la carta que era para dos personas; por lo menos no salió caro, la cena con las bebidas costó 92 zł (poco más de 7 € cada uno).



Ahora tocaba coger un taxi, comenzamos a buscar una parada que habíamos visto antes, pero estaba vacía, así que seguimos buscando y cuando vimos uno sacamos la dirección del hotel y preguntamos, nos dijo que 20 zł, así que subimos, esta vez ya nos pareció un precio más lógico, este fue Taxi Grski.

Mañana era ya nuestro último día en Varsovia y en Polonia, y tampoco había que madrugar, nos tocaba visita con guía a las 10.

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